domingo, 12 de diciembre de 2010

Memoire.

A Sergio, a quién le debo una porción de memoria, y unas disculpas por el olvido.

'Allí donde la toques, la memoria duele'.
Yeoryos Seferis

Entre tanta memoria que estoy haciendo yo te vengo a olvidar.
Tu rostro estaba igual, tú figura humana, tu carne era precisamente
la carne que fue antes de que el estío te llevara profundo.

Qué fue tu muerte cuando te vino a buscar.
Qué fue de tu voz, de tus gritos, de tu asesino.
Que fue de tu sangre y tus ganas,
Qué fue de tus ganas de amar.
Qué fue tu vida para mí,
Qué fue mi vida para ti

Qué es la muerte cuando existe el olvido y la memoria.

Haciendo memoria, entre tanta memoria yo te vengo a olvidar,
con tu campera típica, tus ganas de rock, el pelo largo y la barba.

Hay tanta memoria y yo te vengo a olvidar.

Desperté y no te pude nombrar.

Sergio me dije ansioso de recordar.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Inventario.

Se me ocurrió escribir de nuevo.




“¿Quién es ese ‘yo’ que tiene ‘lágrimas en los ojos’?”
Roland Barthes



Inventario.

Tengo una avenida pobre como un oasis,
un día en septiembre en el placard,
tus ojos como dádiva de ruptura,
una primavera con varias esquinas rotas,
un par de fotos viejas, dos cartas de despedida
con tonos dulzones,
varios recuerdos de vacaciones,
algunas canciones que te nombran
un óleo de Almagro que desprende mi retina
hasta hacerla solamente un cristal que refleja el pasado.

Tengo también en este inventario algunas cosas
que no pueden ponerse en ningún lado,
hablo de los besos al amanecer,
de los “te amo” gastados a cuenta del futuro,
de las promesas incumplidas que me muelen el alma,
de las cenas que terminaban a la medianoche
de las charlas de música y poesía y novelas;
de los libros de Mario Benedetti que con tanta pasión comentabas,
de las caricias que siempre fueron pocas,
de las flores robadas para regalarte.

Cerrando este repaso miro en los cajones y recuerdo que
tengo que pensar donde pongo el duelo,
si como perdida irreparable,
o como dulce memorial del pasado.

"La Ausencia"

"Los sueños, sueños son" Calderón De la Barca.



"Muy pronto desperté de este olvido. Apresuradamente puse en su lugar una memoria, un desasosiego."
 Roland Barthes
Como el sueño al caer la noche,
como el despertar de madrugada
como el fastidio después de una pesadilla,
como el alma vuelve al cuerpo después de una noche de vagar,
como los tulipanes en primavera,
como la primera tormenta de verano,
como la brisa en la playa a fin de marzo,
como los jóvenes a la poesía,
como la música a los desolados,
como la vida a la muerte.

Así y nada más que así,
vino tu memoria a secar tanto mal de olvido.

domingo, 5 de diciembre de 2010

"Todos los días son iguales"

Modifiqué un poco este cuento, escrito hace un tiempo.


post mortem nihil, ipsaque mors nihil.
"La muerte es una vida vivida, la vida es una muerte que viene" Jorge Luis Borges


“Todos los días son iguales” pensó mientras la cuchilla de la maquina afeitadora repasaba otra vez la patilla derecha, primero hacia abajo y luego hacia arriba. Después se sacaría la crema de afeitar; se mojaría el rostro para luego venir la irritación momentánea, las pequeñas gotas de sangre que desprendían de los labios y de la zona baja de la barbilla para más tarde secarse el rostro esparciendo las gotitas de sangre que solas se coagularían para terminar de curarse las pequeñas heridas en la ducha que siempre tomaba caliente, religiosamente, quizás de manera inadvertida, quizás premeditada de una manera matemática a las 06:45 horas de la mañana.

Así su vida era como un eterno retorno a lugares y situaciones que diferentes, en esencia eran iguales; su vida era automática, como si no dependiera de nada más que de iniciarse; de comenzar el día con el despertador chillando en la mesa de luz, luego el típico bostezo de final del sueño para encontrarse con los pies en el frío suelo de la habitación, ponerse la camisa y el pantalón, las medias, los zapatos, el saco. Lavarse los dientes sin frescura; el rostro, peinarse raya al costado, con la prolijidad de una marcha militar. Así, tristemente así era toda su vida desde que había cumplido los veinte años.
Pero súbitamente, siempre que se juzga un hecho como eterno, sucede, mágicamente, desgraciadamente que un día, un simple día en la vida de los hombres todo puede cambiar, como si el destino o dios, o el azar quizás, en un instante de raciocinio pusieran las cosas verdaderamente en su lugar. Y así, finaliza, como todo lo que tiene que suceder, aquí y ahora, más tarde o más temprano, pero finaliza. Y ya, no hay más afeitadora, y duchas a las 06:45, y despertadores chillando siempre, exactamente a la misma hora; no hay más rutina, no más la vida como un complejo sistema u organismo en el cual las cosas suceden escalonas, organizadas, dependientes unas de otras, y ya no más respirar mecánicamente sucediéndose en el tiempo, como un hecho repetitivo.

todos los días son iguales” pensaba el médico forense mientras tomaba el bisturí, abría las vísceras, examinaba los órganos, constataba la hora de la muerte y llenaba la planilla con los datos del reciente y viejo cadáver que había ingresado.

La Soledad de Mario.

Este es un pequeño homenaje a los que saben solos y a Mario Benedetti. Somos solitarios, llenos de presencias.



La soledad es nuestra propiedad más privada

Tengo un altar lleno de pequeñas memorias.
Una lápida y flores del pasado que me circundan,
dos sentimientos que saben a poco en la noche;
y el humo del cigarrillo como compañía.

Será mía, o compartida con mis recuerdos.
La soledad es la presencia de la añoranza,
es la ausencia hecha puñal.
Es un memorial de pasado/presente.

la soledad es tiempo / veloz o detenido /

Agujas del tiempo.
Ayer sinceramente ayer y más ayer,
escribir o vivir;
y elegimos vivir con nuestra tristeza
por esto tal vez nuestra soledad es escrita en tres versos y dos prosas.

la soledad es noche con los ojos abiertos

O las lágrimas en viaje por nuestro cuerpo.
Pero no desde los ojos sino desde el pecho
hasta las piernas y desde ahí hasta los ojos
y desde los ojos al suelo.

En una habitación oscura se ve todo claro;
precisamente se ve un vacío insostenible
un  silencio de tumba
de flores de cementerio
de muerte y de duelo.

la soledad se sabe sola en mundo de solos

Somos todos soledades que se juntan.
Que se apegan
Que se acompañan
Que se quieren
Que se enamoran
Que se escriben poesías
Que se tocan
Que se aman
Y luego se separan.

Somos todos la soledad de este pobre mundo,
almas que corren desesperadas buscando algo.
Algo.
Un nombre,
Un cuerpo
Una identidad
Una mísera compañía.